nacimiento hasta los cinco años, la capacidad del niño para aprender idiomas es mucho más fácil que la de los niños mayores y los adultos.
Este período tan delicado se caracteriza porque el individuo absorbe el lenguaje, el vocabulario y la gramática sin esfuerzo consciente. Si los padres deciden aprender otro idioma lo antes posible, desde luego no se están equivocando. Los psicólogos y los estudios coinciden en que no existe ningún esfuerzo neurológico. Las investigaciones apuntan a que los niños que hablan dos idiomas tienen importantes ventajas en el aprendizaje, sobre todo en matemáticas. Los cursos de inglés son adecuados para todos los niños pequeños. Incluso si tienen problemas de habla o un intelecto más bajo. La enseñanza a estas edades tan tempranas se realiza de forma que estas pequeñas diferencias desaparecen.
Además, se pueden establecer acuerdos individuales con el profesor, que puede adaptar el curso a las capacidades de sus pequeños alumnos.¿Y cuándo empezar? Sin darnos cuenta muchas veces, muchos de los juguetes se complementan con diversos elementos del inglés. Y éste es precisamente el momento más eficaz para empezar desde el nacimiento. En el caso de los bebés y los niños pequeños, lo principal es adquirir una percepción subconsciente de otra lengua. Así, con el tiempo, comprenderán que cada palabra o cosa tiene un significado diferente en otro idioma.
En preescolar, todos los conocimientos adquiridos están conectados entre sí, lo que facilita enormemente el aprendizaje posterior.Cursos Puedes matricularte en clases de inglés a partir de los tres meses de edad.
Su base es prácticamente la misma que la del aprendizaje de la lengua materna. Mediante la escucha regular y la práctica de los conocimientos lingüísticos adquiridos, los niños pequeños pueden aprender inglés con la misma naturalidad que su propia lengua. Canciones, actividades de movimiento, rimas infantiles les ayudarán a acostumbrarse gradualmente a una lengua diferente. Se utilizan diversos juguetes, ayudas, libros ilustrados y juegos. Hay que tener en cuenta el carácter juguetón de los niños, su rápido cansancio o sus fluctuaciones de atención. Es aconsejable alternar distintas actividades en la enseñanza.
Por ejemplo, escuchar canciones o cuentos de hadas, juegos, concursos y trabajos artísticos. Los niños a partir de tres años pueden practicar palabras sueltas y frases cortas sencillas. Todo se vuelve a enseñar de forma divertida mediante canciones con actividad de movimiento, juegos, lectura de cuentos. Escuchan y repiten, prestando atención a la pronunciación.